MÚSICA CRIOLLA SUS ORÍGENES
Música “jíbara” a cargo del Cuatro, instrumento representativo musical puertorriqueño
EUROPA
Los géneros folclóricos de más arraigo en Puerto Rico: El seis, los bailes de bomba, la plena, las coplas, la guaracha, el vals, la mazurka, la polca, los villancicos y cantares religiosos, las rondas infantiles y el aguinaldo navideño
EL SIGLO XVIII Un factor que causó considerable impacto en la formación musical de la Isla, fue la llegada en 1765 de un grupo de músicos junto a un regimiento militar español. Para finales del siglo XVIII la música popular evoluciona al converger sectores de la Iglesia, la comunidad urbana y de la sociedad rural que emergía más allá de la capital, San Juan. Según han documentado historiadores, en este periodo surge uno de los primeros maestros puertorriqueños de música, el también pintor José Campeche, quien se educó en el Convento de los Dominicos de la ciudad de San Juan, donde aprendió a tocar el órgano, el oboe y la flauta.
En 1828, aparece por vez primera la palabra cuatro, como instrumento en uno de los periódicos de la época. El cuatro nació entonces unos 70 años antes que él tres cubano que nació en 1896 con Nene Manfugas, en las fiestas de Santiago. Siendo este nuestro instrumento nativo nacional. En el libro "El Gíbaro 1842" Manuel Alonso nos describe los "bailes del garabato" y en sus descripciones nos habla de la "orquesta jíbara" en donde nos habla del tiple como el instrumento más pequeño y agudo.
Ya para los años 1850 teníamos compañías teatrales, de ópera, de zarzuela bandas militares, orquestas y otros viajando por nuestras ciudades y enriqueciendo nuestro acervo cultural de las ciudades, porque al campo no llegaba nada de esto.
Llegaron de España y trajeron los romances tradicionales, géneros cantados como el seguidillo y la copla, y otras tradiciones cantadas con descendencia morisca de una gran antigüedad. Los canarios trajeron sus diminutos timples como los africanos trajeron las memorias de sus ritmos sincopados, sus instrumentos de cuerda hechos de higueras como sus tambores.
Los campesinos y peones que viajaban de pueblo en pueblo probablemente escuchaban la música interpretada en las retretas. Los bailes de casino tocaban música mayormente europea pero eso va cambiando ante los nuevos ritmos de la upa, la contradanza y la habanera entre otros. Nuestro jíbaro empieza a interpretar ritmos y piezas como el vals, la mazurka, la polka, el paso doble y otros.
En 1828, aparece por vez primera la palabra Cuatro, como instrumento en uno de los periódicos de la época. El Cuatro nació entonces unos 70 años antes que el Tres Cubano que nació en 1896 con Nene Manfugas, en las fiestas de Santiago
A través de los siglos la música folclórica puertorriqueña se ha enriquecido de las influencias españolas, africanas e indígenas. Ha sido embajadora del patrimonio histórico cultural puertorriqueño, preservado a través de la tradición oral, de generación en generación y posteriormente por la documentación investigativa.
Se caracteriza por su alegría y la presencia de temas cotidianos, amorosos y religiosos. Los géneros folclóricos que más arraigo han tenido en nuestro pueblo son los conocidos como el seis, los bailes de bomba, la plena, las coplas, la guaracha, el vals, la mazurka, la polca, los villancicos y cantares religiosos, las rondas infantiles y el aguinaldo.
El folclorismo puertorriqueño también destaca una instrumentación autóctona como el cuatro, el tiple y la bordonúa. En el caso del cuatro, instrumento representativo del acervo musical puertorriqueño, sus ejecutorias más recientes han trascendido de lo que llamamos música “jíbara” o campesina, al Jazz y la música culta.
Es posible identificar además tres instrumentos fundamentales todos pertenecientes a la familia de la percusión: Tambor de la bomba (un tipo tambor barril), el güiro (instrumento de la higuera disecada que se frota con una puya, raspa o batidor dentado) y las maracas (de la higuera, con semillas o guijarros, que habrán de sacudirse rítmicamente).
Referencias informáticas: Enciclopedia de Puerto Rico / https://prezi.com/pino4uxikanl/historia-de-la-musica-de-puerto-rico
V SIGLOS DE VITALIDAD MUSICAL
La música puertorriqueña, un nuevo milenio y un punto de quiebre a través del tiempo
POPULAR
La actividad musical de cinco siglos refleja creación, desarrollo y fomento desde la música folclórica, la música internacional de conciertos y los nuevos géneros de fusión contemporánea.
EL SIGLO XX, el siglo del nuevo imperialismo estadounidense, pone en contacto dos formas opuestas de tratar las diferencias raciales. Géneros musicales afronorteamericanos y afrocaribeños exponen las supervivencias de prácticas culturales africanas en Puerto Rico y su conexión dentro de la cultura afrodiaspórica trasatlántica.
Las guarachas, los seises, los valses, la bomba, los danzones y danzonetes puertorriqueños comienzan una relación ecuménica con otros géneros afrocaribeños. Músicos afropuertorriqueños como Rafael Hernández, su hermano Jesús, Rafael I. Duchense, Sixto Nieves Benítez, entre otros músicos profesionales, participan activamente en la domesticación del jazz. Asimismo, en los géneros musicales cubanos, españoles y mexicanos que dominaban la música comercial (exigida en centros urbanos como Nueva York, París, la Habana, Ciudad México y otras metrópolis; y por el turismo europeo y estadounidense que fluye a la Habana y Veracruz).
El nacimiento y desarrollo de la plena domina los primeros cuarenta años del siglo XX. Nace y se desarrolla cuando la intelectualidad puertorriqueña está en una redefinición de la identidad boricua. La danza ha dejado de ser el género que aglutina la imaginación nacional y la plena surge, precisamente, cuando inadvertidamente la maquinaria cultural de los medios masivos de comunicación ha convertido la música urbana y de atractivo turístico de la isla de Cuba en el paradigma musical de la región.
La plena captura la imaginación popular puertorriqueña -obreros de los puertos y gente de los barrios, también la imaginación del turismo cede ante ella: los turistas bailaban las versiones de plenas para orquestas de baile, Big Bands, de César Concepción y Rafael Berríos.
El conjunto musical compuesto por los puertorriqueños negros Rafael Cortijo e Ismael Rivera, con su novedosa interpretación y rearticulación de la bomba y la plena en la música comercial, representó un caso controvertido de expresión afropuertorriqueña, de negritud puertorriqueña. Ambos procesos se muestran en el nacimiento y desarrollo de la salsa en la ciudad de Nueva York. Por un lado, no hubo dificultad en reconocerla como una vertiente de géneros urbanos y turísticos afrocubanos desarrollada por puertorriqueños, pero sí hubo inconvenientes para reconocerla como un género afropuertorriqueño, fruto de los procesos de globalización de prácticas locales (como fue el origen de los géneros afrocubanos medio siglo antes).
La salsa, el rock, el bolero y la balada exponen música e imaginación racial en la identidad puertorriqueña, durante las décadas de la segunda mitad del siglo XX. Géneros afronorteamericanos como el rock, el rhythm and blues y el rap, se adoptan con ambivalencia.
La diáspora puertorriqueña en Estados Unidos, participante en la creación de la cultura del Hip-Hop, procesa estos géneros afrodiaspóricos, los hace suyos y los inyecta en la corriente creativa isleña. Esta mezcla de cosmopolitismo y globalización musical del puertorriqueño de todas la clases sociales, que se da a partir de 1960, es responsable de las creaciones afropuertorriqueñas del final del siglo XX como la rumba (tocada por jóvenes en las calles de Loíza), el reggaetón y el rock puertorriqueño. La participación de los puertorriqueños en el jazz mundial, que se da desde 1900, reafirma la creatividad musical afroboricua en el plano internacional.
La muerte de Rafael Cepeda cierra la época de un Puerto Rico para el que sus plenas, las cantadas por Manuel “Canario” Jiménez y las creadas e interpretadas por Mon Rivera, dejaron de ser vivencia existencial. Esta música tiene su avatar en las provocativas y movidas interpretaciones de afropuertorriqueños de nuevo cuño, como Vico C, Tego Calderón, Daddy Yankee, Calle 13, etc. Junto a los jóvenes afro-puertorriqueños de Nueva York, retoman lo afro-boricua del Hip-Hop y lo revierten a lo afro-puertorriqueño de la bomba. He aquí las bases de la africanía de la música puertorriqueña en el siglo XXI.
Referencias: Dr. Noel Allende-Goit- Publicado: 11 de septiembre de 2014.